Última modificación: 2017-07-17
Resumen
El primer contacto con el documento, sin duda muy singular, provocó en el equipo y particularmente en mí como colega, sensaciones y miradas diferentes en relación al objeto de estudio: la identidad de un sujeto. La trayectoria de vida, profesional, personal de Jesualdo y sus múltiples facetas nos convocaron a una lectura e interpretación responsable y ética.
La lectura secuencial de las tres carpetas rotuladas: “El desolado profesor” constituyeron el primer eslabón de una cadena de significados, relaciones, intenciones y sentimientos que dieron sentido a la compleja acción de interpretar el texto.
La subjetividad marca desde el inicio la invitación más que la convocatoria, a recorrer aquellos trazos de escritura pequeña y por momentos ilegible de sus primeros “apuntes para una novela”.
Jesualdo escribe estas memorias desde sus inicios como maestro, profesor y poeta, pero también sobre la soledad y la desolación del hombre producto de los vaivenes históricos y políticos que lucha por seguir viviendo dignamente a pesar del rechazo y el olvido. Como dice Dunbar, C. (2002) la identidad “nunca se acaba de adquirir, siempre en búsqueda de sí mismo y siempre expuesta a los cambios y a los cuestionamientos.”
Las “Memorias de un desolado profesor” encierran un mensaje renovador para los docentes, pero tal vez su mayor secreto sea su mensaje final, que a veces oculta tras el rostro del personaje y otras deja aflorar en busca del reconocimiento de su desolación. El concepto de emancipación contenido en él nos hace pensar en un docente con una clara convicción de contribuir con una formación liberadora de sus estudiantes.