Eventos Académicos, 39 ISCHE. Educación y emancipación

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Del término descolonizar y sus derivas pedagógicas
Inés Fernández Mouján

Última modificación: 2017-07-16

Resumen


(Re)visitar las ideas y pensamientos de Frantz Fanon (1961) puede ser una vía posible para recuperar para nuestra memoria sus críticas políticas al colonialismo y sus derivas. La intención es analizar sus influencias en la educación popular latinoamericana, para mostrar como Fanon es una referencia ineludible para el pensamiento latinoamericano, caribeño y del mundo periférico en general, que el debate político que nos propuso (a partir de los años 60 del siglo pasado) puede sintetizarse en la par descolonización/liberación. Que ésta, en tanto enunciación interpelante permitió analizar en clave de sospecha muchos de nuestros presupuestos teóricos-prácticos de fuerte contenido eurocéntrico presentes en la educación. Se puede afirmar que la descolonización adquirió su mayor relevancia en la segunda mitad del siglo XX a la luz de las experiencias de las sociedades africanas, asiáticas y latinoamericanas inmersas en los procesos de crítica en todos los terrenos del colonialismo moderno y de las formas de sujeción históricas caracterizados como coloniales (De Oto, 2012).

En este escenario la pedagogía de la liberación hace suyo este legado (en la figura de Paulo Freire) y va dar una respuesta contumaz a las relaciones de sujeción que se presentan en la educación bancaria (Freire, 1969). Luego serán retomados en los desarrollos de los estudios poscoloniales y decoloniales de fines de siglo XX, los cuales refieren directamente al legado de Fanon. En la actualidad las discusiones sobre la descolonización han vuelto, están  de algún modo reconfigurado nuestras bibliotecas a pesar de ser parte de nuestra memoria y biografías políticas han podido ir más allá de ellas, de allí que, necesitamos responder sobre los alcances del término descolonizar, las dimensiones teórico-políticas y las tramas históricas que nutren el debate en la educación; su complejidad, su crítica contumaz al colonialismo y como su núcleo de sentido está situado en la constitución de nuevos sujetos históricos, políticos y sociales (De Oto, 2012).

Asumir este problema como inherente a nuestra historia educativa puede posibilitar recrear los caminos críticos de la educación popular. Pues desde la constitución misma de nuestros sistemas educativos latinoamericanos se exhiben fuertes demarcaciones respecto a que es conocimiento y que no es. Quien cuenta la historia y quien no la puede contar. Quienes son cultos y quienes no. Quienes tienen el conocimiento y quienes no. Sumado a esto, en el contexto mundial de reconfiguraciones neoliberales, fundamentalistas y globalizantes se renueva la apuesta a separar nuestras acciones educativas de los compromisos éticos y políticos. En este sentido la pedagogía de la liberación y sus derivas de educación popular abrieron un camino fructífero y creativo a partir de la siguiente afirmación: “el que enseña aprende y el que aprende enseña”. Una práctica pedagógica dialógica basada en dos principios: la igualdad como punto de partida y todos podemos producir conocimiento, pero para que ello sea posible se debe someter a crítica y poner bajo sospecha los lugares asignados.