Última modificación: 2017-07-17
Resumen
El movimiento obrero montevideano contribuyó con una importante gama de emprendimientos y actividades a la alfabetización de la población más humilde, sin embargo, esta tarea aparentemente coincidió con una preocupación más bien lábil por reflexionar sobre los logros y dificultades de esta empresa, los supuestos que encerraba y el modo en que se engarzaba con su práctica revolucionaria. La Liga Popular para la Educación Racional de la Infancia, constituyó una excepción; agitando las aguas del acratismo, puso sobre la mesa un espectro de propaganda, descripciones y teorías pedagógicas, todo un lenguaje en favor de la causa racionalista. Las discusiones que tuvieron lugar en este periodo y que se desarrollaron preponderantemente en el escenario montado por la revista Infancia y, en menor medida, en Educación Sociológica, mostraron que, en este lugar del mundo, el racionalismo no fue meramente una estrategia de los grupos anarquistas; si bien se nutrió de él, las vicisitudes vernáculas determinaron prontamente su espacio autónomo.
El estudio del lenguaje utilizado por los autores de la Liga Popular nos ayuda a comprender el modo en que fue estructurándose como tendencia educativa este grupo “racionalista”, a la vez que muestra que los interlocutores con los que debatieron provinieron, por un lado, de la tradición europea, pero fundamentalmente -lo que fue el desvelo y la carga de todas sus energías- de tres subgrupos bien marcados y vinculados a la interna del complejo movimiento anarquista montevideano: los “falsos racionalistas”, los “anarquistas de Batlle” y los “anarquistas doctrinarios”. La presentación que realizo propone recorrer brevemente estas discusiones.