Desde hace varias décadas, la historia escolar atraviesa cambios sustanciales en su enfoque a partir de nuevos diseños curriculares, remozados materiales didácticos, por la incorporación de diversos artefactos culturales en las escuelas (alentada por diversas políticas públicas) así como renovados saberes y prácticas áulicas.

En este escenario, esta ponencia dará cuenta de dos transformaciones recientes de esa asignatura en el

nivel secundario en particular desde el período que se abre con la sanción de la Ley Federal de Educación en 1993. Por un lado, las relativas al tratamiento de la historia latinoamericana y la búsqueda de transmitir un pasado más plural y complejo que se reflejan (no sin vaivenes) en los documentos curriculares aprobados desde la mencionada ley Federal hasta la actualidad. Por otro, el giro subjetivo que hemos detectado en las aulas y que mostraremos a través de evidencias halladas en diversas fuentes escolares (tales como carpetas de estudiantes, revistas educativas, etcétera)

Se trata, desde luego, de un recorte parcial de muchas otras importantes mutaciones de la historia como disciplina escolar pero que comparten una dimensión común: la formación de identidades en las jóvenes generaciones.

La perspectiva propuesta en este trabajo es interpretar la historia escolar como una disciplina, esto es, como un constructo socio-histórico que incluye no solo ideas, valores y principios (científicos, pedagógicos, políticos, etcétera) incluidos en los documentos normativos sino también por un conjunto de saberes y prácticas que se componen cotidianamente en el aula.