Última modificación: 2017-07-17
Resumen
Los años 20 vieron nacer las primeras propuestas que, desde los sectores subalternos de la sociedad, proponían transformaciones estructurales al insuficiente sistema escolar decimonónico. Al rol principalmente "civilizatorio" de la escuela tradicional, se respondía con un enfoque "ilustrador" que entregaba al obrero las herramientas para desarrollarse en sociedad. Esta necesidad de cambios llevó a una reforma general a la educación con motivo del cambio constitucional de 1925. Consagrándose el Estado Docente como principio bajo el cual el aparato estatal conducía la educación, el plan pedagógico desarrollado por las asociaciones docentes quedó supeditado al gobierno de turno. De esta forma, la exoneración y el control de promociones se volvieron herramientas útiles para disciplinar al movimiento docente durante los años de la dictadura ibañista (1927-1932) y el tercer gobierno de Alessandri (1932-1938). A su vez, en esta última década la escuela congregacionista se consolidaba al alero de las subvenciones escolares mientras que la escuela pública presentaba dificultades para asumir los problemas sociales de la población en edad escolar (Altas tasas de deserción, incapacidad de integrar a casi el 50% de la población, analfabetismo y desnutrición, entre otras). Mientras que los maestros organizados eran expulsados de las segundas por denunciar estos problemas, en las primeras no tenían derecho a organizarse y eran mal pagados. Es en este contexto que surgió la Unión de Profesores de Chile, la primera organización unitaria del magisterio nacional.
La presente investigación tiene como objetivo analizar el proyecto educacional que sostuvo la UPCH en tanto proyecto de sociedad durante la década estudiada, observando cómo este es una respuesta a su contexto, considerando la memoria histórica de las luchas docentes de la década pasada y vinculándolo con los programas desarrollados por el Frente Popular. Para este objetivo, se revisarán periódicos y revistas de los principales partidos de centro y de izquierda, además de las publicaciones de la UPCH, todas las cuales fueron plataformas fundamentales para la discusión política sobre el problema educacional y para informar de las distintas soluciones que se promovían desde la sociedad. Con el fin de evitar reducir las luchas sociales de los docentes a sus eventuales expresiones en el campo de la política estatal, se espera añadir elementos que sirvan para cuestionar una transmisión mecánica entre el programa aplicado por el Frente Popular una vez en el gobierno y las lecturas y proyectos desarrollados por la UPCH. Se sostendrá como hipótesis que las organizaciones docentes cumplieron un rol fundamental en la modernización del sistema escolar, y que los proyectos educativos que defendían no son separables de las situaciones sociales y políticas que los motivaban. Finalmente serán principalmente los docentes organizados, y no sólo la burocracia estatal, quienes concretizarán los principios del Estado Docente como garante de ilustración para las masas populares.