Última modificación: 2017-07-17
Resumen
En México, uno de los debates civilizatorios primordiales desde los inicios del siglo XIX hasta la actualidad, en el sentido que Norbert Elías dio al concepto de civilización, se ha expresado en el campo de la educación y de la historia cultural. En particular, el periodo comprendido entre el último tercio del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX fue decisivo no sólo porque significó redefinir el lugar social y cultural de la Iglesia y el Estado mexicano sino porque fue una etapa de profundas transformaciones en todos los órdenes de la vida del país. En ese periodo, el antiguo régimen, encarnado en la etapa definida por la historiografía mexicana como porfiriato, y el nuevo régimen, producto del movimiento armado de 1910-1920 o revolución mexicana, la cuestión de la educación religiosa y la educación laica fue un tema de constante reflexiones y polémicas entre las élites políticas y culturales.
Tales instituciones se dieron a la tarea de elaborar un pensamiento acerca de la naturaleza, la posición, el tipo y los propósitos de la educación que debería impartirse a la sociedad mexicana. En efecto, tanto la Iglesia católica como el Estado Ambas instituciones reconocían la capacidad de la educación para modificar los hábitos de vida y, en consecuencia, del papel que desempeñaba para mitigar o suprimir lo que se consideraba nocivo, perjudicial, antisocial y anómalo y que podía fácilmente identificarse en las conductas, los valores y las ideas de amplios sectores de la sociedad, cuyo origen e inspiración era la ignorancia consustancial a la condición y que se acentuaban entre los niños y las mujeres. En relación estrecha con este tema se planteó el asunto de la importancia de impartir educación religiosa y/o educación laica en Chiapas. Las conclusiones y consecuencias que de ellas derivaban implicaba impulsar iniciativas para transformar la vida social en consonancia con el orden social que imaginaban y que se afanaban en hacer realidad.
No obstante, uno de los aspectos más álgidos de las controversias fue si una y otra educación favorecían una concepción del mundo y una práctica cultural que favoreciera una libre reflexión de los asuntos públicos e individuales o, si, por lo contrario, inculcaban creencias y prejuicios que impedían que los grupos sociales o los individuos se formaran en una visión errónea del mundo social.
Uno de los objetivos de este texto es explorar algunas de las aristas de los debates que se produjeron en el Estado de Chiapas, una de las entidades del país con un alto índice de población indígena, entre representantes e intelectuales quienes expresaron la postura del Estado mexicano o de la Iglesia católica en relación con el papel de la educación laica o de la educación religiosa en la formación de los individuos y la sociedad en su conjunto.
En esta tesitura, conviene preguntarse: sí ambas instituciones admitían la trascendencia de la educación y, de su dispositivo material, la escuela, ¿cuáles podrían haber sido las razones de las diferencias para afrontar y, en lo posible, resolver la “cuestión educativa”, al menos una de sus dimensiones esenciales, la del alma, la mente y el cuerpo? Para responder a esta pregunta se indaga en los motivos de las divergencias, o en otras palabras, en el tipo, objetivos, metas, procedimientos didácticos, textos, que se sintetizan en el dan cuenta del debate educación laica o educación religiosa/confesional en un momento de intensas confrontaciones políticas, sociales y culturales entre ambas instituciones y que, por supuesto, involucró a otros actores.