Última modificación: 2017-07-16
Resumen
El propósito de esta ponencia es promover la reflexión y discusión entre los hacedores de la danza en México y estudiosos de la educación, acerca de las vicisitudes que han tenido que enfrentar las mujeres para dedicarse a la danza de manera profesional; con este fin planteo algunas preguntas que no responderé en el transcurso de esta ponencia, pero que han servido de brújula para guiar el camino del estudio ¿En qué medida, la historia de la educación en México ayuda a comprender la participación de las mujeres en la danza? ¿Bajo qué condiciones estudian y hacen danza las bailarinas en nuestro país? ¿Existe igualdad de oportunidades entre varones y mujeres para acceder a la educación dancística, me refiero a apoyos institucionales y para sostener sus carreras? ¿Cuáles son los problemas que tienen que enfrentar las bailarinas mujeres para dedicarse profesionalmente a esta disciplina artística? Planteamientos que trataré de abordar desde el estudio de la historia de la educación dancística.
Me centro en tres mujeres, cuya participación ha sido fundamental en la enseñanza profesional de la danza en México, ellas son: Nellie Campobello, Socorro Bastida y María Elena Anaya, a quienes he tenido la oportunidad de conocer, entrevistar y estudiar sus archivos personales. Las tres, comparten algunas características, mujeres mexicanas, docentes en escuelas de educación superior, bailarinas y coreógrafas; aunque pertenecen a diferente generación y las distingue la disciplina dancística a la que se han dedicado.
Nellie Campobello, además de ser bailarina y docente de danza clásica y folclórica fue escritora, (1900 – 1986); Socorro Bastida ha incursionado en la danza clásica, moderna, folclórica y de revista y ha participado en cine y televisión (1925); María Elena Anaya, se ha dedicado a la enseñanza e interpretación de la danza española (1949).