La década del 30, fue interpretada por los actores universitarios como un momento de confrontación entre “grandes tendencias” que se disputan en el mundo y que tenían en el Uruguay una forma de expresión particular en la enseñanza. En ese contexto, política y educación se encontraban estrechamente anudadas y las posiciones que dividían el campo pedagógico estaban definidas tanto por la posición en torno a la II República Española, así como frente al golpe de estado y la discusión sobre los modelos universitarios. En este ambiente de enfrentamiento con la dictadura, se produjo una riqueza enorme de propuestas desde el ámbito universitario y de la enseñanza secundaria, a pesar de la situación política; o mejor dicho, gracias a la situación política, lo que constituye una interesante paradoja. Es interés de esta ponencia explorar el surgimiento de una propuesta inédita de uno de los actores universitarios de relieve, que posteriormente fue tomado como fundamento para la elaboración ley orgánica de la Universidad de la República en 1958 -el poder educador como un cuarto poder del Estado, en igualdad jurídica con el legislativo, el ejecutivo y el judicial- y discutir las relaciones entre utopías pedagógicas y autoritarismo.