Eventos Académicos, IV Congreso Internacional de Letras

Tamaño de fuente: 
Del happy ending al final disruptivo en la literatura infantil argentina. El niño creador: el proceso circular del final como comienzo
Leticia Marina Baico, Daniela Mini

Última modificación: 2018-02-04

Resumen


Tradicionalmente, en la Argentina y en el mundo, la literatura infantil se ha focalizado notoriamente en la transmisión de valores y de una moral específica mediante la utilización de técnicas narrativas estereotipadas, tales como la moraleja (entendida como una lección final que se aprende de una historia) y el happy ending o más conocido como “final feliz”.

El propósito del presente trabajo radica en cuestionar la categoría canónica del happy ending, en la cual la resolución final del nudo se basa en la trasmisión de dictámenes socialmente aceptados, ofreciendo un menor grado de posibilidad de reflexión luego del proceso de lectura, limitando la imaginación del niño e intentando restringir las ideas y conclusiones que puedan surgirle independientes del texto escrito y su soporte material. En cambio, proponemos la categoría de “final disruptivo”, el cual no cometería el error de subestimar al niño, ya que se desarrollaría a partir del enorme potencial creador del lector, dado que todo infante es creador de nuevos significados, a partir de mecanismos que le permiten descubrir el entorno mediante sus lecturas, basadas en el poder de su invención y en los cimientos de sus propios valores, volviéndose dueños de una voz que debería adquirir gran relevancia para nosotros: los adultos.

Con la función de ejemplificar la noción del final disruptivo, analizaremos cinco librosálbum contemporáneos pertenecientes al género de literatura infantil argentina: El Globo de Isol, Las malas palabras de Liliana Cinetto, Lucrecia y el anillo mágico de Moira Irigoyen, Piñatas de Isol y Un rey de quién sabe dónde de Ariel Abadi.

A partir del corpus anteriormente mencionado, expondremos tres de las características principales del final disruptivo. En primer lugar, el concepto del desenlace como un “final móvil”. En segundo término y como consecuencia de la primera característica, el proceso circular del final narrativo como comienzo de un nuevo cuento, en donde el niño abandona su lugar de lector pasivo para transformarse en un creador de múltiples significados: un autor. Por último, la diferencia valorativa que se da entre la representación del final de una historia para un adulto que selecciona y modera las lecturas de los infantes, en contraposición con la configuración del final de un libro para el niño.


Texto completo: PDF