Última modificación: 2018-02-05
Resumen
Dos actitudes son posibles frente al problema de la latinidad y decadencia a fin del siglo XIX. La primera, que ha sido la de la propia fin-de-siècle, pero también la de ciertos comentaristas modernos, como Vladimir Jankélévitch, es la de atribuirle la propiedad de “decadente” (signifique esto lo que signifique) a una serie de textos o períodos, y suponer, por tanto, que estos habrían sido una suerte de “precursores” de la propia “decadencia” finisecular. La segunda actitud es la que se deriva de asumir la indefinición del término “decadencia”, y por tanto, su ubicua aplicabilidad; desde este punto de vista, no habría obras sustancialmente “decadentes”, sino textos que así son considerados, pues es tan absurdo llamar “decadente” a Juvenal, como a los tonos ocres de un cuadro de Redon. La categoría crítica de “decadencia”, por tanto, pareciera estar tensionada entre dos polos: uno “ahistoricista”, y otro, “historicista”, relacionado con la “estética de la recepción”. Pero ¿es posible algún tipo de planteo teórico que pueda superar esta dicotomía, o al menos complejizarla? El objetivo de este ponencia es, precisamente, intentar una reflexión metodológica que, asentada en el enfoque de las literaturas comparadas, permita inciar un debate acerca de esta cuestión.