Una larga docencia universitaria evidenció, entre otros problemas, que la permanencia de los ingresantes se ve gravemente afectada por sus deficiencias en el manejo del discurso académico. Indagados los colegas del nivel medio, manifestaron idéntica opinión: es insuficiente la tarea de reflexión que emprende el profesor de Lengua. Si los demás no colaboran en la formación de competencias lecto-escritoras específicas de cada disciplina, vanos resultan los esfuerzos de un solo docente en ámbito tan complejo. Esa colaboración, sin embargo, es improbable mientras los profesores de las diversas asignaturas no posean, ellos mismos, instrumentos teórico-metodológicos capaces de franquearles el acceso pleno a los textos. Y es difícil que el estudiante adquiera en la universidad esa instrumentación tantos años postergada, o ello le supondrá largos fracasos, cuando no el abandono de sus estudios.

Esta propuesta se dirige, por tanto, a la formación del profesor de nivel medio en técnicas adecuadas a la mejor comprensión y producción de textos académicos.

Ante todo es necesario imaginar recursos capaces de convencer al docente de la necesidad de adquirir las competencias antedichas para mejorar su práctica. Así, esta comunicación propone y desarrolla tres etapas con sus correspondientes fundamentos teóricos: etapa de diagnóstico, de aprestamiento y de formación.