Si las vidas de Silvina y Victoria Ocampo se enlazan en un pasado común, de lugares, personas, sucesos y lecturas compartidas, sus autobiografías revelan el modo en que literatura y vida se vinculan de manera singular e intransferible en la experiencia autobiográfica de cada una. Este trabajo propone un diálogo entre la autobiografía en verso de Silvina Ocampo, Invenciones del recuerdo (Sudamericana, 2006), compuesta por recuerdos infantiles, y el tomo Autobiografía I. El archipiélago (Sur, 1979), de Victoria Ocampo, que corresponde a la infancia de la autora. La primera pone de manifiesto una intención autobiográfica que enseguida se ocupa de velar o desviar con giros hacia la ficción. Esa indeterminación genérica y formal es característica del texto en su conjunto. Bien lejos de la ambigua inscripción de Silvina en el género autobiográfico se sitúan las memorias de su hermana mayor, cuyo propósito no es otro que el de toda autobiografía clásica. En el relato de Victoria, el recuerdo infantil supone la oportunidad de cimentar el edificio de una primera persona avasallante; para Silvina, la ocasión de descomponer la voz entre un “yo” y un “ella” indefinibles.