La presente ponencia se propone conocer los modos en los que se articula la escritura y el cuerpo en los últimos textos de Severo Sarduy. Trabajaremos particularmente con unos curiosos textos que aparecen reunidos en las Obras Completas bajo el título “Autoretratos”; textos que se sitúan en los bordes entre lo autobiográfico, lo ensayístico –donde se cruza el pensamiento filosófico y psicoanalítico– y lo literario en su intento –siempre frustrado– de registrar lo real, a menos que se lo toque como epifanías.

Luego del quiebre que se produce entre las palabras y las cosas, la escritura de Sarduy parece rodear lo real del cuerpo para señalar allí su imposibilidad, su dimensión de falta: se trataría –según el propio Sarduy– de epifanías, incidentes (Barthes) frente a los que las interpretaciones se suspenden. Tal como él mismo la conceptualiza, la escritura es esa marca, huella, cicatriz que no deja de inscribirse. Marcas físicas y mnémicas que señalan los límites del lenguaje, pero que al mismo tiempo son lo que resta por ser leído. Desde esta perspectiva, nuestra hipótesis central es que la escritura como anamnesis no es ya el relato de acontecimientos pasados, sino la acción –combinación de goce y afecto– que lleva al sujeto a reencontrar una tenuidad del recuerdo (Barthes) como epifanías.