Última modificación: 2018-02-07
Resumen
Hacia la década de 1930, las polémicas del campo intelectual ecuatoriano se centran en la formación de una cultura nacional moderna y autónoma, adecuada a la creciente modernización social y económica del país. Los defensores de la vanguardia histórica discuten con quienes abogan por la adopción del realismo social acerca del modo en que la empresa se puede llevar a cabo. Esta última tendencia adquiere finalmente la hegemonía cultural y se impone como programa estético en las próximas décadas. No obstante, la variedad de orientaciones y de producciones ensayadas demuestran que el realismo social ecuatoriano presenta importantes inflexiones que matizan su caracterización e impiden una generalización estricta. La lectura de los volúmenes de cuentos Horno, de José de la Cuadra y Yunga, de Enrique Gil Gilbert, publicados en 1932 y 1933 respectivamente, indica en qué medida el colectivo de intelectuales de izquierda conocido como el Grupo de Guayaquil produjo textos que se escapan del encasillamiento realista. A su vez, el análisis de los procedimientos formales de cada uno de los textos demuestra tanto la creación de ficciones sostenidas por recursos literarios innovadores y vanguardistas como la inserción activa de Cuadra y Gil Gilbert en las principales discusiones del campo intelectual ecuatoriano, a través de la postulación de una identidad ecuatoriana moderna y mestiza.