Eventos Académicos, VI Congreso Internacional de Letras

Tamaño de fuente: 
Griselda Gambaro, narradora silenciada: acerca de cómo Ganarse la muerte
María Sol Hermo

Última modificación: 2018-01-27

Resumen


Si bien la crítica ha celebrado la dramaturgia de Griselda Gambaro, calificándola como renovadora y contundente, hasta ahora ha desatendido notablemente su extensa obra narrativa. Solo en los últimos años se advirtió un creciente interés por su literatura, gracias a la reedición de muchas de sus novelas, escritas en la década del setenta y del ochenta, y en virtud de la aparición de obras nuevas, como El mar que nos trajo (2002), Promesas y desvaríos (2004) y Los animales salvajes (2006) (Quereilhac 2007). Esta suerte de “miopía crítica” (ibíd.), que se advierte respecto de sus cuentos, nouvelles y novelas, resulta más insólita cuando se observa que la escritora se inicia, de hecho, en la narrativa, con Madrigal en ciudad (1963), y que varias de sus piezas teatrales se publican originalmente como narrativa. La autora misma reflexiona sobre la cuestión: "Pareciera que no hay espacio para una persona que escribe teatro y narrativa. El teatro se ha comido mi literatura y esto es algo que hace tiempo lamento." (Gambaro 1999).

En efecto, ¿qué hay detrás del velo empolvado que cubre sus cuentos y novelas? ¿Quién ha comido su literatura? Y mejor aún, ¿por qué? Intentar rescatar de las penumbras toda la vasta obra literaria de la autora en unas pocas páginas sería excesivamente ambicioso para un trabajo que aspira al rigor académico. Por tanto, nos abocaremos al análisis de aquella novela comida por la dictadura militar del 76, reeditada por Norma en el 2002, e ignorada por la crítica: Ganarse la muerte. Observaremos a través de qué procedimientos la literatura de Gambaro se vuelve un testigo incómodo de la violencia que se oculta en las penumbras del hogar. La presente investigación se fundamenta en el empleo de diferentes teorías feministas.


Texto completo: PDF