La fiesta-feria de Alasitas es una ceremonia de origen andino que se realiza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) hace casi dos décadas, como resultado de la migración boliviana. Allí se compran miniaturas con el fin de adquirir bienes y prosperidad para el ciclo anual que se inicia cada 24 de enero. Estos objetos, se exhiben en las casas y negocios como piezas preciadas o se llevan en carteras y billeteras como elementos benefactores. En la fiesta se hacen presentes prácticas religiosas andinas antiguas que se fueron reelaborando a lo largo de la historia, donde el consumo de las miniaturas está regido por el un tipo de pensamiento que, si bien fue configurado en un ámbito rural y ancestral, continúa regulando los ciclos vitales de la experiencia urbana. Al mismo tiempo, las miniaturas demandan un tratamiento especial, connotando la vida diaria como una experiencia sagrada y ritualizando el proceso de producción capitalista en clave del discurso tecnológico andino.