Última modificación: 2019-07-19
Resumen
La historia del pensamiento de la animalidad tiene su primer hito problemático fundamental en la hipótesis cartesiana del animal-máquina. Cuando Descartes elige, por razones que no son arbitrarias, separarse de la definición aristotélica del hombre como animal racional, produjo la el punto de partida de una historia de violencia simbólica contra el animal que no tiene precedentes. A partir de esta concepción del animal, muchos pensadores han creído que la violencia instrumentada e institucionalizada que ejercemos contra los animales ha sido posible gracias a esta forma de concebir a los animales como similares a un reloj, o a cualquier otro mecanismo sin conciencia. Me propongo recorrer dos de las más importantes críticas a esta concepción. En primer lugar, la primera crítica sistemática a la esta hipótesis cartesiana en el marco de una teoría de derechos de los animales, realizada por Tom Regan. En segundo lugar, las fundamentales consideraciones que hace Jacques Derrida al respecto de la visión que inaugura Descartes mientras traza una línea de continuidad entre el animal cartesiano, y cómo esta visión han sido mantenida a lo largo de la historia del pensamiento por los más importantes filósofos de nuestra tradición. Mi intención es exponer los puntos fundamentales de estas dos críticas al animal cartesiano y ver qué aspectos tienen en común. En última instancia, mi hipótesis es que no difieren esencialmente, y que una nueva oposición en el seno de la filosofía del animalidad entre pensadores de distintas tradiciones no es más que una desviación del foco y un debilitamiento del discurso de defensa del animal, en la medida en que produce animalismos que, a diferencia de las legítimas diferencias entre los diversos feminismos, no deberían funcionar aquellos como formas identitarias de lo humano en una dimensión ontológica, sino principalmente en una estrategia de defensa de los intereses, derechos etc. de los más de 5000 animales que mueren por segundo como resultado de una batalla más perdida sus defensores.