Eventos Académicos, I Encuentro Nacional sobre Utopías y sus Derivas

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Ucronía y autoficción en un Un guion para Artkino
Lisandro Ciampagna

Última modificación: 2021-08-10

Resumen


En 1516 Tomás Moro imaginó su estado ideal ubicándolo en una isla inaccesible. Desde su nombre y su primitiva ubicación geográfica, la utopía se ubicó en el no-lugar por antonomasia, dándole a Moro y a sus sucesores el espacio ideal para edificar sus visiones de lo que el estado y el ser humano deberían ser.

Con el paso del tiempo, las utopías escaparon de los límites geográficos y se trasladaron más allá de los límites del tiempo conocido. En 1772 Louis S. Mercier cerró los ojos y los abrió transportado misteriosamente al París del siglo XXV. Con su libro, El año 2440: Un sueño como no ha habido otro, la utopía conquistó el tiempo, trasladándose al futuro distante.

Pero sería Charles Renouvier el que en 1852 trastocaría las reglas de juego al transformar la utopía en «ucronía». En su obra, Ucronía: la utopía en la historia, Renouvire imaginó un Imperio romano donde Marco Aurelio habría escogido un sucesor distinto de su hijo Cómodo, desencadenando así un desarrollo fundamentalmente diferente de la historia occidental. Con Renouviere el no-lugar se convierte en no-tiempo, en la historia fuera del tiempo.

En nuestro país, en pleno siglo XX, Rodolfo Fogwill se hace eco de esta trayectoria a contramano del espacio-tiempo con su obra Un guion para Artkino. En esta novela, redactada en 1978 y publicada tres décadas más tarde, Fogwill imagina una Argentina socialista y soviética, bajo la influencia de una U.R.R.S., que se ha expandido por casi todo el planeta. Valiosa novedad: la obra se narra desde el punto de vista de Rodolfo Fogwill, miembro de la Sociedad de Escritores del Estado, que ha recibido el encargo de escribir un nuevo guion cinematográfico para el régimen. La obra se organiza como las reflexiones del «camarada» Fogwill que como parte de su método de trabajo describe su vida diaria redactando la obra que le han encargado.

De este modo, la Historia ajena a los hechos se escribe como una autobiografía igualmente contrafáctica. La vivencia cotidiana del Fogwill alternativo permite desnuda la realidad de la Argentina alternativa. El presente trabajo buscará entonces analizar la manera en que Fogwill se convierte a sí mismo en sujeto ficcional y como este aparato autoficcional se activa con el relato ucrónico de Un guion para Artkino.


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