En la conformación de tramas aptas para el consumo masivo dentro de la industria del entretenimiento nipona coexisten un número de variables (intra e intertextuales) cuya importancia fluctúa de acuerdo con el público cuya demanda se debe satisfacer. De esta forma, aunque la clásica división etaria para determinar estándares de producción se encuentra francamente perimida, resulta un punto de apoyo válido para determinar sobre qué topoi asentarla y, en caso de ser necesario, a qué tradiciones literarias adscribirla. En este último caso, lo más complejo no resulta encastrar una trama en un croquis previamente conocido —en tanto que sólo implica reponer aquello que sirve de base para lo que se pretende narrar—, sea este realista o fantástico (e.g., dentro de estas últimas, Rurouni Kenshin, Dragon Ball, Saint Seiya e incluso Nanatsu no Taizai)— sino en establecer una economía de elementos que resulte coherente en aquellas obras que abrevan en diversas fuentes en simultáneo. Tal será el caso de Shuumatsu no Valkyrie – Record of Ragnarök, en tanto que sus figuras protagónicas provienen de las más variadas tradiciones mitológicas a la vez que lo hacen desde diferentes momentos de la historia y de inesperadas latitudes. A causa de esta conjunción, abordaremos este manga para detectar cuáles fueron los procedimientos de selección de cada grupo de personajes. Entendemos que esa categorización será de utilidad suma para comprender si, dentro de las intenciones de generar un canon (en ambos grupos) que expresa la historieta, este cometido puede considerarse efectivamente constituído. De no ser así, como esperamos, propondremos y fundamentaremos entonces la noción de “canon limitado” en la que englobar este caso y todos aquellos con atributos constitutivos similares.