Eventos Académicos, I Jornadas de Estudiantes del Departamento de Filosofía

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El tecto. ¿Historia de la haptología o haptología del cuerpo?
Cecilia Cozzarin

Última modificación: 2018-01-14

Resumen


En El intruso (2000) Nancy se vale de la experiencia de su trasplante de corazón para dar cuenta de un cuerpo que juzga imposible de identificar con el funcionamiento de un órgano. Él mismo nos cuenta que su corazón –siguiendo las palabras de Artaud en el epígrafe– se había vuelto un órgano “miserablemente inútil y superfluo”, un intruso dentro del propio cuerpo, un extraño por la enfermedad que lo aquejaba. Asimismo, por el trasplante que se requiere para sanarlo, al “cuerpo propio” va a ingresar un corazón extranjero que lo “coloniza” o “invade”. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el trasplante se configura, simultáneamente, como una proeza técnica y una aventura metafísica, algo que se describe como el momento de cruce entre una contingencia personal y una contingencia en la historia de las técnicas. De este modo, a través del trasplante es posible descubrir que el “yo”, la identidad personal que permitía decir “mi corazón”, se pone en jaque toda vez que se encuentra a disposición de ciertas técnicas médicas, pues el “«yo» se encuentra [necesaria y] estrechamente aprisionado en un nicho de posibilidades técnicas” (Nancy, Jean-Luc 2006: 15).


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