Última modificación: 2018-01-14
Resumen
La interpretación del “superhombre”, figura central y a la vez enigmática del pensamiento nietzscheano, es una cuestión que ha suscitado innumerables controversias en el ámbito de la filosofía a lo largo del siglo XX. Son muchas y variadas las interpretaciones que en el curso del último siglo se han arriesgado sobre esta figura; prácticamente no podemos encontrar ningún filósofo de relevancia que no haya esbozado algún comentario sobre el “ultrahombre” de Nietzsche.
La reflexión en torno a esta figura dista de ser la indagación sobre un concepto aislado, por el contrario en la mayoría de los intérpretes se encuadra dentro de un examen de conjunto de la filosofía nietzscheana. A la vez, con las distintas interpretaciones de la obra de Nietzsche, y por supuesto también de la figura del “ultrahombre”, se ha intentado frecuentemente prestar apoyo a determinadas posiciones u opciones políticas, tanto de derecha como de izquierda. No se trata aquí de renegar de ello, sino más bien de buscar en ese motivo político el motor que nos aliente a seguir interpretando, reinterpretando y reelaborando aquellas nociones que desde los textos de Nietzsche todavía siguen dando mucho que pensar.
Dentro de este panorama complejo, privilegiaremos aquí dos opciones interpretativas: la de Heidegger y la de Vattimo. La primera, en virtud de la importancia que ha adquirido para todos los estudios posteriores sobre la temática (debida en parte a su sistematicidad, en parte a la notoriedad alcanzada por la filosofía del propio Heidegger), lo que la torna un punto de referencia ineludible. La segunda, en tanto representa un análisis inédito de la obra nietzscheana desde un punto de vista de izquierda, rescatando su potencial revolucionario y emancipador.
A estas dos opciones opondremos luego nuestra propia interpretación, en la cual intentaremos destacar el rasgo que nos resulta más interesante a la hora de pensar el Übermensch: su carácter de promesa. Siguiendo las alusiones recurrentes de Nietzsche sobre la imposibilidad de adjudicar un contenido positivo y/o de conferir características determinadas a la figura del ultrahombre, sumadas al hecho de que su realización efectiva no parece ser pensada por el autor del Zaratustra como programable, anticipable, o calculable, es que procuraremos entender dicha figura a la luz de la promesa, tal y como ésta es pensada por Jacques Derrida, esto es, más allá de los desarrollos nietzscheanos sobre la cuestión.