La concepción del conocimiento en la filosofía de Nicolás de Cusa (1401-1464) tiene por objeto una rica e interesante noción de “realidad”, propia de la tradición neoplatónica de la que el Cusano se sabe heredero, entendiéndose ésta como un principio dinámico y productivo.

Así es que, Nicolás de Cusa postuló que la mente humana (humana mens) es una viva imagen de este principio dinámico, la cual tiene la potencia de crear un universo conjetural y simbólico respecto de la realidad.

En este trabajo, nos abocaremos al examen de cuatro potencias de la mente de las cuales se vale todo hombre que investiga para conocer y aspirar a la verdad más absoluta.

Este camino de conocimiento, como bien dice el Cusano, solo es posible si se cuenta con un “plus” que empuja y estimula al amante de la sabiduría en su ardua y cara empresa. Tal “plus”, no es otro que la “fe”, es decir, la actitud de creer que siempre se puede aspirar a algo más en el terreno de la búsqueda del conocimiento de la verdad última.