El 22 de diciembre de 1216 se fundó oficialmente mediante la bula papal, la orden dominicana u “orden de los predicadores”. Eran tiempos donde el poder eclesiástico se vio amenazado por diferentes grupos que sostenían - según la iglesia - doctrinas alejadas de la fe. Ejemplo de lo dicho fue la famosa cruzada albigense, donde santo Domingo de Guzmán ya en 1206 intentó realizar una “evangelización” a los cátaros instalados en el sur de Francia. En 1215 organizó la primera comunidad formal de “Hermanos predicadores” guiados bajo la regla de san Agustín, viviendo en conventos o casas urbanas, inspirados por una espiritualidad monástica y apostólica. Su lema fue “contemplar y dar a otros lo contemplado”, que más tarde uno de los más famosos dominicos de la historia tomará y expondrá en su Suma Teológica. Muere en 1221 fundador, dejando tras de sí aproximadamente trescientos frailes dominicos. Su éxito fue rotundo, cincuenta años después su número había ascendido a diez mil.