Última modificación: 2018-01-17
Resumen
De más está decir que el tiempo es un tema clave en lo que respecta a los estudios estéticos cinematográficos. En efecto, es característico de la imagen fílmica el hecho de poseer un tiempo propio. A lo largo de la historia de dicha disciplina se ha realizado una serie muy amplia de estudios acerca de las implicancias que el factor temporal tiene en el film. Quizás el texto más célebre, o por lo menos uno de los más célebres, en los espacios académicos actuales respecto a estas cuestiones sea el elaborado por el francés Gilles Deleuze (Cf. Deleuze, 2007a y 2007b) a comienzos de los años ochenta del pasado siglo. La popularidad de dicho texto es tal que se ha generado a partir de él toda una línea de estudios cinematográficos que prácticamente ha logrado hegemonizar muchos espacios de los espacios actuales de discusión.
Consideramos, en este trabajo, de relevante interés realizar otro tipo de aproximación a las cuestiones que nos ocupan, distante ya sea del mencionado enfoque, como de las tradicionales aproximaciones a la teoría del cinematógrafo derivadas del marxismo y el psicoanálisis. Si éstas han puesto el énfasis en el aspecto semántico del film –reduciéndolo a una suerte de texto a ser interpretado-, nosotros intentaremos concebir al film como un objeto a ser aprehendido, no exento de una estructura esencial susceptible a ser analizada con herramientas propias de la ontología formal husserliana. Dejando en claro este punto de partida nos aventuraremos al tema que nos ocupa y que da título al presente trabajo: el tiempo en la imagen cinematográfica.
Pondremos, así, nuestros esfuerzos en analizar la temporalidad de la imagen fílmica partiendo de ciertas consideraciones de Emund Husserl y su discípulo Roman Ingarden puestas en diálogo con algunas de las reflexiones presentadas por el cineasta ruso Andrei Tarkovski en su libro Esculpir en el tiempo.