Última modificación: 2021-03-30
Resumen
El general Juan Galo de Lavalle fue uno de los hombres más controvertidos de la historia argentina. Nació el 17 de octubre de 1797 en Buenos Aires. Ingresó a los quince años al cuerpo de Granaderos a caballo. Se distinguió en las campañas de Chile y del Perú de 1817 a 1824. En la guerra contra el Brasil triunfó en Bacacay y luchó en Ituzaingó en 1827.Al regresar a su patria depuso e hizo fusilar al gobernador Dorrego -1828- ; luchó contra Rosas y huyó a Jujuy donde fue muerto por un grupo de perseguidores el 9 de octubre de 1841. El monumento que lo recuerda es uno de los más antiguos erigidos en Buenos Aires, se inauguró el 18 de diciembre de 1887. A lo largo del siglo XIX la construcción de monumentos se había convertido en una actividad continua de los nuevos Estados nacionales, pues se veía a estas esculturas conmemorativas como un instrumento clave para instaurar (y a la vez celebrar) a héroes y sucesos significativos del pasado de esos Estados. En un estudio sobre el caso francés, Maurice Agulhon bautizó este fenómeno como “estatuomanía”, término que da cuenta de la actividad obsesiva de poner a la Nación en imágenes y de erigir esas imágenes en espacios públicos. Para realizar una obra de tal magnitud se recurrió a un conocido escultor italiano, oriundo de Génova autor de numerosas obras en América. Además, la comisión resolvió que Juan M Blanes,” el conocido pintor uruguayo ideara el monumento…” Mitre consideraba que “el artista señor Blanes tiene todo lo necesario como conocimientos históricos, retratos del general Lavalle para llevar a feliz término la ejecución”. La decisión de convocar a dos artistas extranjeros para la realización del monumento a un héroe nacional pareció la elección más lógica, ¿por qué? Este es uno de los puntos que quiero revisar. La inauguración oficial tardó más de dos años en realizarse a pesar de estar ya emplazado el monumento según consta en las actas. Finalmente, en 1887 durante la presidencia del doctor Juárez Celman se llevó a cabo la ceremonia. La fiesta fue cuidadosamente planeada, el Intendente Municipal, el 14 de diciembre, firmo el decreto que en doce artículos detalla paso a paso cómo se desarrollaría la ceremonia el 18 de ese mes. Se realizó una convocatoria a los ciudadanos a través de los diferentes diarios a participar formando parte de las columnas o simplemente llevando una escarapela en el ojal. Frente al monumento se colocó, para este acto, la puerta a través de la cual había pasado la bala que puso fin a la vida del general Lavalle. Junto a ella la boa de vicuña ensangrentada que el general llevaba al momento de morir, la bandera nacional bordada en Montevideo que usaba el ejército del general y la caja donde se trasladaron sus restos entre otros objetos que presentó el señor Castex (Magaz y Arevalo 1985, p.55). La fiesta continuó durante horas. La plaza fue iluminada con luz eléctrica, hubo fuegos artificiales y los últimos rumores de festejos se apagaron a la medianoche. Este tipo de manifestación pública, grandiosa, destinada a través de diferentes recursos a conmover, podemos relacionarla con la fiesta barroca que tienen sus orígenes en los siglos XVI y XVII. Se buscará señalar las conexiones entre ambos tipos de eventos sin perder de vista que los rituales cívicos-patriótico promueven el establecimiento de una conciencia patriótica y nacional colectiva. La metodología de trabajo a seguir consiste en el relevamiento de fuentes documentales, bibliográficas y hemerográficas y su posterior análisis a fin de establecer las mencionadas relaciones.