Última modificación: 2021-03-30
Resumen
Quizás el rasgo más característico de la cultura y de la sociedad hispanoamericana, como de la luso-brasilera, sea la convivencia multicultural. Este fenómeno, que podríamos definir como la participación de diferentes semiosferas (Lotman 1996) en un espacio común ha sido la marca fundacional de América desde la conquista. Resulta por eso sorprendente nuestra actual apropiación de esas "novedades" que vivimos hace siglos. La confrontación de la civilización europea con las americanas —resalto el plural— luego del "descubrimiento" es un hecho mayor de la historia cultural y como lo ha señalado Todorov (1987), planteó de manera dramática la cuestión del otro. Los conquistadores españoles llegaron para quedarse y para dominar y esto implicó necesariamente la constitución de un nuevo estatus capaz de vehiculizar eficazmente la imposición, pero que al mismo tiempo debía tomar en cuenta las experiencias americanas, ciertamente muy disímiles entre sí.
Es significativo el hecho de que la dominación hispánica solo tuvo realidad empírica en ciertas regiones y en relación con ciertas culturas, dejando de lado enormes territorios que como la Araucanía, el Chaco o la Amazonía habitaban etnias que jamás se sometieron. La América rebelde merecería una historia que solo se ha escrito parcialmente y que trata un proceso que aún no ha terminado.
Donde la construcción social colonial sí pudo materializarse, las características mismas del proceso promovieron el desarrollo de un complejo sistema político y simbólico que, de diversos modos y en diversas proporciones según el caso, reelaboraba sus fuentes adaptándolas al nuevo contexto y a la ideología hegemónica. La historia, plagada de hechos sorprendentes, requiere una explicación que vaya más allá de la reconvención moral —los historiadores no deben juzgar sino explicar, Bloch dixit— y que considere las miradas de todos los actores. Proponemos algunas ideas al respecto partiendo de la hipótesis de que la perspectiva indígena y la española fueron radicalmente diferentes en virtud de sus concepciones y fines.