A partir de una revisión de la literatura sobre la generación del ochenta en el arte tucumano, este trabajo tiene como objetivo indagar en lo que la experiencia vital de esos artistas aportó al abandono de la tradición académica de los maestros, teniendo en consideración su relación con la «kultura subterránea» o underground y las identidades (punks, gays, darks, travestis, entre otras) y estéticas que en ella convergen, se yuxtaponen y cruzan. Con tales fines, se toman como casos de estudio las performances Las maravillas del mundo real (1989) y Las arquifiestas desfile show (1989). El habitar activo de estos artistas jóvenes por espacios contraculturales y contextos marginales fue condición de posibilidad para la renovación artística. Asimismo, esos espacios permitieron crear discursos opositores a los valores occidentales sostenidos desde la dictadura, y en ellos se pudo esquivar la censura de la producción y la práctica artística vividas, paralelamente, en espacios de exposición.