Esta ponencia aborda discusiones, emprendimientos institucionales y discursos referidos a la diferencia, la “debilidad” o la anormalidad en el ámbito de la escolaridad común, asunto que cobra relevancia en el campo pedagógico a comienzos del siglo XX. Junto con la expansión de la escolaridad común como dispositivo obligatorio con pretensión universal, se vuelve visible y objeto de diferentes intervenciones un conjunto de individuos que, de acuerdo con prescripciones médicas, datos estadísticos y atributos corporales no solo “no podía considerarse normal” sino que no debía ser atendido en esos términos.

El trabajo indaga discursos y propuestas educativas orientadas al tratamiento de aquellos que fueron categorizados como “débiles mentales”, “retardados pedagógicos” o “anormales” en las primeras dos décadas del siglo XX que se formularon en el marco de diferentes dependencias del Consejo Nacional de Educación (en adelante, CNE). Sostenemos la hipótesis de que estos debates contribuyeron a construir y visibilizar a sujetos que no cuadraban dentro de los parámetros deseables en términos de rendimiento intelectual, conductual o corporal, así como también diseñar e implementar estrategias de segregación. Nos preguntamos ¿Cómo se construye la diferencia? ¿Cuáles son los límites que impactan en la acción escolar? ¿Cómo se conceptualiza y se cuida “lo común” en el discurso escolar? Lo que interesa indagar en este escrito es cómo la construcción de esta diferencia estimuló el debate por las condiciones que debían reunirse para que la acción escolar fuera apropiada para esos sujetos, los límites de la acción escolar y el cuidado de “lo común” que se pretende instalar junto con la escolaridad moderna.