Última modificación: 2019-05-14
Resumen
Este trabajo se propone observar el fenómeno del cambio en el paradigma de los géneros literarios en la Tardoantigüedad Latina, desde el análisis de un tipo discursivo que surge a partir del cristianismo: la épica bíblica. La transformación de los códigos tradicionales de los géneros literarios es un hecho ya acreditado por numerosos y valiosos estudios, entre los que podemos citar a Fontaine (1988) y Averil Cameron (1998). Si bien la impureza genérica tiene antecedentes y no es un fenómeno exclusivo del Tardoantiguo, la mezcla de géneros alcanza, sobre todo en el siglo IV, un punto tal de refinamiento que no habían conocido los siglos anteriores.
Como su nombre lo indica, la épica bíblica es un género nacido de la combinación de la forma épica, escrito en hexámetros dactílicos, de contenido narrativo, constituido sobre la base de la secuencia bíblica de eventos. Juvenco, que escribió los Euangeliorum libri en tiempos de Constantino, es considerado el fundador de este género. Otros autores tardoantiguos de épica bíblica son Sedulio, que compuso el Paschale carmen y Arator, autor de la Historia apostolica.
A partir de estos datos, nos preguntamos si es posible aplicar una noción de género literario satisfactoria, aunque inevitablemente anacrónica, y si es así, cuál es la idea de género literario desde la que podemos pensar la permeabilidad de los tipos discursivos en este período histórico. Desde estos cuestionamientos, nos proponemos describir la épica bíblica. Con este fin, nos serviremos de algunos conceptos de distintas teorías literarias para la clasificación genérica y para el caso particular de la definición de la épica bíblica: la sistematización por tipologemas que plantea Kerbrat-Orecchioni (19973); el criterio basado en el contenido y los topoi como elementos secundarios de clasificación genérica que propone Cairns (1972); las alusiones y la intertextualidad como recurso del que el autor se vale para adscribir su obra a un determinado género, concebido como código, como sugieren Conte (1986), Conte y Barchiesi (1993), Hinds (1998) y Stella (2006); los géneros como instituciones, ligadas a la sociedad a la que pertenecen, que revelan constantes cambios, según Todorov (1988); la genericidad como un componente y una función textual, como formula Schaeffer (1988). Estas reflexiones se tomarán como herramientas para definir la épica bíblica como nuevo género literario tardoantiguo, junto con las declaraciones metaliterarias que en el texto indiquen voluntad compositiva por parte del autor.
Por último, resta aclarar que entendemos el texto literario como espacio semiótico y dinámico y, por lo tanto, una definición de género o "transgénero" posible debe incluir tanto el contexto de producción como el de recepción. En consecuencia, el sistema genérico que resulte más útil para nuestro propósito será el que tenga en cuenta la historicidad de los géneros discursivos y el que revele sus funciones en el marco global de la cultura.