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El mito desencadenado: el titanismo romántico y la resignificación del mito
Diego Rafael Ortega Servian

Última modificación: 2019-06-10

Resumen


Resumen

Es un lugar común considerar que la mitología y, por efecto de transitividad, el mito ejercen una fuerza inspiracional en lo que respecta a las expresiones artísticas y culturales de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Se ha instaurado casi como una verdad inamovible afirmar que la mitología es la fuente de la cultura toda. Dicha así, sin desglosar, esta afirmación cobra un carácter absoluto que niega aspectos propios del mito que trascienden la mera función de “base de inspiración”. Toda aproximación al problema del mito que se pretenda profunda demanda, en primera instancia, entender su sentido más allá de las definiciones y concepciones coyunturales o contingentes. Hay en el mito un fulgor que interpela nuestra comprensión y nos exige indagar en verdades primordiales, en elementos tradicionales que desde el despertar mismo del hombre arcaico justifican su estar-en-el-mundo.

Pretender tal abordaje en un trabajo de estas características caería en la impericia y acaso en un delirio inabarcable y es por esto que nos proponemos revisar estas ideas a partir de un recorte necesario, no sólo temporal, sino también temático. Es de todo conocido que el Movimiento Romántico, que se dieran en Europa durante los siglos XVIII y XIX, contó con numerosos exponentes en diversas expresiones artísticas. Para los fines de este trabajo nos centraremos en la literatura, específicamente, en aquella que se diera en la literatura inglesa. Independientemente de esta selección y de las características particulares adquiridas por este movimiento, es fundamental señalar que tanto en Alemania como en el Reino Unido (países en los que el esplendor del Romanticismo tuvo sus representantes más prolíficos) se desarrolló lo que la crítica considera como “titanismo”, esto es, la reivindicación de la figura mítica de los titanes como paradigma del espíritu de rebeldía que los poetas propugnaban como forma de expresar su arte. Sostenidos en esta premisa, poetas como Goethe y Hölderlin, o Percy Shelley y John Keats tomaron figuras titánicas como las de Prometeo o Hyperión no sólo como figuras míticas arquetípicas, sino también como fuerzas primordiales que, desde el illo tempore del mito servirían como una resignificación de una idea trascendente tanto de arte como de existencia.

A partir de estas primeras aproximaciones, este trabajo buscará demostrar en qué medida la figura del titanismo propia del Romanticismo es, en rigor, una excusa para entender que detrás de la noción de mito hay algo más que una mera inspiración, sino una búsqueda primordial, una redefinición total del mito a partir del concepto de mitologema acuñado por el pensador de las religiones Karl Kèrenyi[1]. A fin de cuentas, el mito sigue siendo, a la luz de estas aproximaciones, la luz necesaria que se arroje sobre las nubes grises que la modernidad comenzó a producir en los albores de la Revolución Industrial.


[1] Kèrenyi, K. (1999).”¿Qué es mitología? en La religión antigua. Barcelona: Herder, pp. 11-25.


Palabras clave


mito; mitologema, titanismo, romanticismo