Última modificación: 2018-11-27
Resumen
El proyecto de la presente comunicación consiste en analizar algunos aspectos de la relación entre belleza, apariencia y duplicidad. Nos instalaremos en el mito de Prometeo, tanto en la versión de Teogonía como en la de Trabajos y Días, para referiremos a Pandora, dando cuenta, en primer lugar, de lo que el mito significa como lógos explicativo, para luego, comprender la dimensión que la primera dama adquiere a partir de la fundación del sacrificio y la institución del matrimonio. La creación representa un doble castigo para los mortales: la propia mujer y la obligación de reproducirse a través de ella.
Proponemos distinguir distintos aspectos en la creación. La primera intervención de Hefestos ensalza la belleza y el modo de arreglo y ornato de una novia; pero Pandora es una pura apariencia. ¿Qué hay tras el engaño, dólos, que la bella apariencia vela? El relato da cuenta de una novia perfecta, exhibiendo la luminosidad con que es engalanada por un plexo de divinidades que hacen de la joven la primera novia de Occidente, llena de dones. El campo lexical del verbo dídomi y el tópos de los dora caracterizan a la bella dama, al tiempo que la ubican en el umbral de la peor desgracia.
En este marco, intentaremos pensar la duplicidad estructural que guarda la creación, pensando el tópico desde la tensión luminosidad-tenebrosidad: a la belleza del vestido, los arreglos esmerados, el velo bellamente bordado, las flores, elementos todos que hablan de una indiscutida belleza, se opone, en un juego de intrínseca duplicidad estatutaria, la oscuridad-tenebrosidad de quien será el peor mal para los hombres