La línea temática de la presente ponencia gira en torno a la relación establecida entre la prostitución y el tango en la década de 1920, tomando como límite la ciudad de Buenos Aires.

En los años previos, el tango fue visto por las clases media y alta como un ritmo prostibulario por excelencia, con letras que aludían de forma explícita  al sexo, utilizando la grosería como recurso sistemático. Pero ya a comienzo de los años ´20 la experiencia tanguera cambió: las formas de nombrar a los genitales, al acto sexual y a la prostituta se diluyeron en una poética que salió del lupanar para hacerse público y captar una audiencia más amplia. Pero frente a este cambio tan radical ¿Qué pasó con aquella prostituta, musa obligada de los tangos? El objetivo del presente trabajo es, justamente, responder esa pregunta.

A través de un trabajo multidisciplinario que involucra el estudio de género, el análisis del contexto socio- cultural y la utilización de las letras escritas y cantadas en el período, se buscará hallar una explicación. ¿La prostituta real de los años 20 se vio representada por la prostituta “cantada”?