Así como las enfermedades y la muerte, la sexualidad en sus diversas manifestaciones  es considerada uno de los temas tabúes de la literatura infanto-juvenil (Comino 2013, Soriano 1999). Sin embargo, en los últimos años la temática LGTBI (lésbica, gay, transexual, bisexual e intersexual) está presente en las obras literarias destinadas a niños y jóvenes (Cedeira Serantes y Cencerrada Malmierca 2006, Larralde 2014, Martínez 2016, Martínez y Nieto 2015, Soler Quiles 2015). Este trabajo aborda, en primer término, los procedimientos retóricos y estéticos de algunos relatos infanto-juveniles argentinos con protagonistas lesbianas: El corazón de Ana (2012), de Killari Rin,  La familia de Martín (2012), de Nimphie Knox;  La princesa guerrera (2015), de Amalia Boselli;  Rosa y Julieta, mamás (2012), de Daniel Oropeza, y  Una historia de amor muy espacial (2015), de Laura Sabino. Este análisis se realiza en tres fases que comprenden el contexto de escritura y de lectura, los elementos paratextuales involucrados y la narración con sus elementos característicos (Lluch 2004). En segundo término, se proponen hipótesis sobre la configuración de los posibles sentidos a nivel social (educativos, políticos, entre otros) a partir de los procedimientos tanto textuales como paratextuales de estos libros y el contexto socio-histórico. Dicha configuración resulta de un cruce entre la fuga de la literatura infantil y el desplazamiento de los niños (Fernández 2010) con la experiencia del exilio de las lecturas lesbianas (Arnés 2013). Por último, se pone en tensión el hecho de que las ficciones lesbianas ocupen un escaso lugar en el entramado de la Literatura Infantil y Juvenil de temática LGTBI.