Última modificación: 2018-11-27
Resumen
Licenciada Virginia Martínez Verdier. Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (IARPIDI).
De acuerdo a los documentos encontrados hasta hoy, soy quinta generación de afroporteños del tronco colonial, ésa es mi identidad.
En el año 2009, luego de la muerte de mi padre “mulato”, comencé a realizar mi Genealogía, lo que me llevó a descubrir un mundo desconocido, tanto en lo académico como en lo social. Me comprometí a visibilizar su historia familiar, algo que él no pudo hacer en vida.
Orgulloso de su padre negro “el abuelo Cleto”, un “negro usté”, de galerita, de quien quedó huérfano a los 16 años, mi padre lo hizo convivir con nosotros en su recuerdo cotidiano. Sin embargo, el resto de su familia era un enigma.
En este trabajo presento a mi bisabuela Gregoria Sánchez, parda liberta, quien abre este proceso de visibilización. Nacida en 1840, mucama y lavandera. Analfabeta, propietaria de un rancho junto a un grupo de mujeres hacia 1855 (tal vez una asociación de mujeres africanas…). Vivió en los barrios de Monserrat y Balvanera. Casada en 1857 con Prudencio Martínez, tuvo 9 hijos, de los cuales sólo 4 llegaron a la adultez. Mi bisabuelo trabajaba en la municipalidad de esta ciudad, tenía casa propia, leía el periódico La Broma, era un negro usté. Mi abuelo tenía 4 años cuando su padre murió, sin embargo, Gregoria siguió estimulando pertenecer a una clase acomodada. ¿Cómo hizo Gregoria para criar a sus hijos, sola, viuda? Cómo vivió sus últimos años? ¿Por qué mi abuelo no la mencionó a sus hijos? Se cortó la transmisión generacional, aunque mi abuelo y mi padre llevaron el nombre de mi tatarabuelo, africano. Mi abuelo ¿tuvo que negar a su madre y no reivindicar su pasado afro para colaborar en la construcción de la blanquedad argentina? ¿Gregoria se sometió al orden social? En este trabajo intento analizar estas preguntas.
Finalmente, Gregoria Sánchez falleció a los 76 años en 1914, de caquexia cancerosa, de acuerdo a su acta de defunción. 102 años pasaron desde que mi bisabuela murió, yo la descubrí 100 años después. Nací 114 años después que ella, en la misma ciudad de Buenos Aires. La descubrí, la traigo al presente y juntas nos hacemos visibles. Hoy sé claramente quién soy yo, afroporteña del tronco colonial en 5° generación.