Última modificación: 2018-11-27
Resumen
Desde las crónicas de la Conquista a la narrativa en tránsito de las “campañas al desierto”, desde la censura de los relatos de cautiverio decimonónicos hasta su apropiación por parte de la imprenta del Estado y de los promotores literarios del avance de la frontera sobre territorio indígena, desde “La Cautiva” de Echeverría hasta el Año del Desierto de Pedro Mairal, la construcción de la figura de la cautiva ha tenido una incidencia categórica y persistente en la construcción de la memoria, la voz y el cuerpo de la mujer nuestroamericana, especialmente en el caso argentino, en el que el recurrente relato de la vejación de la mujer blanca cautiva a manos de los indios fue el mitologema fundacional que justificó el dominio del Otro y la instalación de las ideologías, tanto sobre la raza como acerca del género, eurocéntricas, patriarcales y verticalistas que erigieron los virreinatos, y que luego heredaron los estados nacionales nacidos de sus senos. Este mitologema fue particularmente prolífico en las letras argentinas: basta mencionar el caso de Lucía Miranda para ejemplificarlo.
Proponemos un análisis diacrónico y sincrónico de este fenómeno, que dé cuenta tanto de su profundidad como de su presencia y persistencia, a través del estudio de los documentos y las obras que mayor impronta identitaria han tenido en la cultura nacional, hasta llegar a la literatura y la crítica postcolonial y contemporánea, y así observar las continuidades y las rupturas que ellas presentan en este sentido. La hipótesis que nos mueve es que revisar estas ideas enquistadas en la historiografía oficial, en la literatura canónica y en los discursos que circulan tradicionalmente dentro de las diversas disciplinas y saberes que hacen a nuestra cultura es una forma de contribuir con la recuperación de la voz silenciada de la mujer nuestroamericana en la construcción de su propia identidad, y en su emancipación de los yugos heredados.