Última modificación: 2018-11-27
Resumen
Durante la segunda mitad del siglo XIX, en Argentina, muchas niñas y jóvenes mujeres se incorporaron al ámbito escolar como estudiantes, como maestras y, en menor cantidad, como funcionarias de los sistemas escolares en formación y con ello, se acrecientan en los discursos públicos y en los manuales escolares las discusiones acerca del “deber ser” atribuible a las mujeres.
En los primeros libros de lectura que se editaron y utilizaron para la instrucción primaria (1880 en adelante), aún en los de autoría femenina, se sostienen representaciones de “genealogías domésticas” (Alloatti, 2010). Las representaciones de genealogías familiares (abuela – madre – hija) como formadoras sobrepasan a las relativas a la formación escolar (maestra-alumna) y aún más a la incorporación masiva de las mujeres a la vida escolar y social en igualdad de condiciones con los varones.
Cartografiar algunos manuales y libros de lectura publicados durante las décadas 1890 a 1910, en particular destinados a mujeres, permite analizar en qué medida las genealogías tradicionales permanecen o se modifican. Mediante el examen de: El tesoro de las niñas: obra compuesta expresamente para la educación moral de las hijas de familia y destinada á servir de texto de enseñanza en los colegio de José Bernardo Suárez y Vicente García Olivera (1894), El primer libro de las niñas: lecturas morales e instructivas de José M. B. Mareca (1897), Consejos para mi hija de Amelia Palma (1901), La niña argentina de Rafael Fragueiro (1902) y Ameno y útil de Carolina Freyre de Jaimes (1910) intento trazar el mapa de la incorporación de los discursos y tácticas que las literatas despliegan en su accionar literario y social dentro del campo escolar y verificar si las “genealogías domésticas” se mantienen, se cuestionan o se transforman.