Entre todas las aristas que la obra poética de Garcilaso de la Vega nos sigue revelando, una de las más fructíferas es la concepción de un ideal de belleza femenino ligado a la poesía amatoria tan propia del mundo renacentista. Casi cuatrocientos años después, el Pity Álvarez, poeta y compositor del rock argentino, construye su propia figura femenina inmersa en el particular locus amoenus barrial del tiempo contemporáneo, ciñéndose a una cosmovisión de un mundo pervertido por las miserias del sistema capitalista en crisis donde la pasión amorosa copula con la violencia, las drogas, la noche, el sexo ocasional. ¿Ecos garcilasianos en los versos del dionisíaco poeta del barrio Piedrabuena? Involuntarios, tal vez, pero huellas al fin. Entonces, se erige en objeto de esta comunicación poner sobre la superficie el diálogo que se establece entre ambos poetas, haciendo foco en la creación de Álvarez y de allí destacar la vigencia de algunos recursos estilísticos en el discurso lírico y la penetración de la imagen femenina en la rutina poética del líder de Viejas Locas.