Trata sobre el seguimiento a un programa de estímulos para estudiantes del bachillerato en la ciudad de México denominado “Prepa Sí”. El mismo tiene como fin inhibir la deserción en el nivel y amortiguar los efectos de la exclusión derivada de las condiciones socioeconómicas de los jóvenes estudiantes y sus familias.

La polarización de la sociedad mexicana hace que pocos acumulen gran riqueza y poder y muchos acumulen desventajas. Todo tiene que ver con el modelo de adelgazamiento del Estado, dominante en México, y que al reducir el gasto social hace incumplible el derecho constitucional a la educación, que es obligatoria hasta la educación media. Como además no se han generado empleos necesarios ofrecidos como promesa electoral, la situación se agudiza especial mente para los jóvenes. El crecimiento del número de jóvenes ninis (ni trabajan, ni estudian) parece inevitable y sin salida.

El desaliento y la desesperanza sobre el futuro es un aspecto de la respuesta juvenil frente a la realidad. Pero también se abre paso y cobra fuerza la lucha por ganar un lugar en la escuela y por tratar de continuar y concluir sus estudios.

El programa de estímulos “Prepa Sí”, que además de otorgar una beca económica ha detonado un proceso de participación de los jóvenes becarios en un conjunto de actividades y ha propiciado el diálogo horizontal entre estudiantes de los distintos subsistemas de bachillerato, generando un incipiente empoderamiento. Los responsables del programa se han propuesto “lograr que los jóvenes realicen actividades en comunidad que promuevan su pleno desarrollo y el acceso a una vida digna, así como un sentido de pertenencia identidad. No se trata de actividades extraacadémicas, sino de desarrollar actitudes para que se identifiquen con su comunidad, ocupen los espacios públicos… todo guiados por los principios de participación en libertad, justicia, democracia y autonomía para tomar decisiones”.