Eventos Académicos, IV Seminario Nacional de la Red Estrado Argentina

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La inclusión educativa en tiempos de exclusión social
Néstor Rubén Rebecchi

Última modificación: 2018-07-03

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Durante el anterior gobierno se produjo en nuestro país un avance en el abordaje de los derechos, tanto en el ámbito escolar como cultural. Ese proceso tuvo su correlato en determinadas políticas públicas que buscaron subsanar las injusticias y arbitrariedades del sistema. Hoy, en lo que a educación se refiere, intentan desmantelar dichos avances, hecho que no sólo se pone de manifiesto en el campo discursivo de los actuales gobernantes sino también en el vaciamiento de aquellas políticas socioeducativas tendientes a la inclusión.

Asimismo, podemos prever que como consecuencia del aumento del desempleo y la pobreza, niños y jóvenes se incorporen a “un mundo del trabajo” signado por la explotación y como consecuencia de ello, se incremente el ausentismo, la repitencia, el abandono y la exclusión escolar.

Algunas experiencias de escuelas que trabajan en contextos vulnerados pueden brindar un aporte importante para este momento que demanda profundizar la información, potenciar el conocimiento, la reflexión, el pensamiento, para develar un mundo estructurado desde la mentira organizada a la que llaman posverdad.

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Durante el anterior gobierno se produjo en nuestro país un avance en el abordaje de los derechos, tanto en el ámbito escolar como cultural. Ese proceso tuvo su correlato en determinadas políticas públicas que buscaron subsanar las injusticias y arbitrariedades del sistema. Hoy, en lo que a educación se refiere, intentan desmantelar dichos avances, hecho que no sólo se pone de manifiesto en el campo discursivo de los actuales gobernantes sino también en el vaciamiento de aquellas políticas socioeducativas tendientes a la inclusión.

Asimismo, podemos prever que como consecuencia del aumento del desempleo y la pobreza, niños y jóvenes se incorporen a “un mundo del trabajo” signado por la explotación y como consecuencia de ello se incremente el ausentismo, la repitencia, el abandono y la exclusión escolar.

Dado que a través de la educación buscamos elevar en dignidad, abordar la vulneración del derecho a la educación con todas sus implicancias, se constituye en una obligación ética.

Por un lado, si la potencia de los procesos económico-sociales excluyentes pueden ser más fuertes que el conocimiento que se puede construir desde las escuelas en relación a nuestros derechos, sólo el conocimiento de los mismos nos permite tomar conciencia de su violación, como así mismo de la necesaria disputa por su restitución.

En concordancia con el pensador contemporáneo Enrique Dussel, que sostiene que la crisis actual se plantea en términos filosóficos entre gente que quiere dar de comer al hambriento y gente que, en nombre de principios modernos, están en contra de ese aspecto fundamental, interesándoles únicamente “alimentar el capital”, podemos inferir que esa puja, quizá descripta de manera trágica, atraviesa a los docentes y a las escuelas como instituciones.

Queda en evidencia entonces, que las cuestiones a resolver hacia adentro de las escuelas son complejas, dado que trascienden el marco de las condiciones materiales a modificar, instalando también la disputa por el/los sentido/s de las mismas.

Por otro lado, desde el punto de vista de las prácticas, algunas escuelas que trabajan en contextos vulnerados en la CABA (EMEM Históricas/Reingreso) pueden brindar a partir de su experiencia acumulada, un aporte importante para este momento que demanda profundizar la información, potenciar el conocimiento, la reflexión, el pensamiento, para develar un mundo estructurado desde la mentira organizada a la que llaman posverdad.

Las llamadas EMEM Históricas creadas en 1990, pueden aparecer a la luz de la teorización, como prácticas “voluntaristas”, cuando en realidad fueron prácticas instituyentes. Muchas de las estrategias implementadas en esas escuelas se convirtieron en políticas públicas, a partir de las disputas dadas en las calles, peleadas en los escritorios, acompañadas por el sindicato que supo canalizar el interés y la lectura de la realidad que se hacía desde las escuelas.

Las escuelas de Reingreso por su parte, introducen cambios en los formatos escolares que están siendo tenidos en cuenta en distintas jurisdicciones al momento de reformular las escuelas secundarias.

Estas experiencias, sea por la organización del trabajo docente o por el sentido que se le otorga al mismo, se sustentan en lineamientos teóricos no siempre concientes. Surgen algunos interrogantes al respecto: ¿cuáles son las teorías que sostienen hoy el trabajo docente en una sociedad que no despega de su colonización cultural?, ¿qué le queda por hacer a las conducciones escolares y a los docentes que son concientes de las actuales tensiones dentro de un sistema que desaprovechó la posibilidad de cambios a partir de regulaciones abiertas plasmadas en las Resoluciones del CFE, y sigue anclada en la fragmentación, en el trabajo individual, en una concepción signada por el disciplinamiento y la selectividad?

Que una educación sea pública, no implica que sea nacional, popular, democrática y emancipadora.

Esta situación nos lleva a una disputa ideológica, política, pedagógica, que amerita ser “militada”. La militancia, lejos de ser irreflexiva es sumamente racional y no se acota a tiempos y espacios.