Eventos Académicos, IV Seminario Nacional de la Red Estrado Argentina

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“Transformaciones culturales: subjetividad docente y trabajo docente”
Flora María Hillert

Última modificación: 2018-07-03

Resumen


Resumen corto

Esta ponencia propone reflexionar acerca de las transformaciones culturales en la subjetividad y el trabajo docente. En esa dirección plantea posibles  líneas para próximos proyectos de investigación.

Los docentes podemos ser simultáneamente asalariados desde las relaciones sociales económicas, miembros de las capas medias, funcionarios del aparato de  administración política de la sociedad, trabajadores intelectuales de la cultura y especialistas de la enseñanza. Estas clasificaciones, no excluyentes entre sí, expresan la complejidad de nuestra identidad.

Gramsci incluía especialmente en las capas medias a todos los trabajadores de la  cultura –periodistas, artistas, maestros y educadores, investigadores, etc.-, sectores con incidencia en la formación de la opinión pública y en los cambios del humor social. Y decía que en la identidad de las capas medias pesan más sus elementos subjetivos, psicológicos e ideológicos, que los objetivos o materiales.

Por eso  parece necesario conocer las subjetividades docentes, sus posicionamientos: actitudes, valoraciones, nivel de formación, expectativas, creencias, uso del tiempo libre.

Uno de las vías para el estudio de la subjetividad es el análisis del tipo de necesidades de los docentes y el tipo de consumos a los que tienden. ¿Cuáles son las necesidades que se han desarrollado en los docentes en los últimos doce años? ¿Cuáles están vinculadas al consumo, cuáles al trabajo, cuáles a las relaciones sociales con colegas y miembros del contexto institucional, cuáles a los afectos y a la cultura?

En el estudio de estos problemas es imposible avanzar sin unir el pensamiento pedagógico con un mayor interés y una mayor participación políticas colectivas, que incluyen las reivindicaciones de clase y las trascienden.

 

Resumen largo

Esta ponencia propone reflexionar acerca de las transformaciones culturales no en relación con los estudiantes, el aula, el contexto escolar, sino en relación con la subjetividad y el trabajo docente. En ese sentido adelanta líneas de pensamiento que desafían próximos proyectos de investigación,  aun no realizados.

Los docentes podemos ser simultáneamente asalariados desde las relaciones sociales económicas, miembros de las capas medias,  funcionarios del aparato de  administración política de la sociedad, trabajadores intelectuales de la cultura y especialistas de la enseñanza. Estas clasificaciones no son excluyentes, expresan la complejidad de nuestra identidad, nuestras múltiples determinaciones, a las que habría que agregar las determinaciones de géneros y edades que nos atraviesan.

Dice R.Donaire, (2009) que por su forma de organización sindical y de protesta, los docentes se expresan como parte de la clase trabajadora. Pero desde su autopercepción, la mayoría de los docentes (o al menos, los docentes porteños) se siente parte de la “clase media”. Lo mismo sienten camioneros o bancarios y sin embargo al mismo tiempo adoptan formas sindicales combativas de lucha por el salario, las condiciones de trabajo  y en el caso de los docentes, también por  la educación de calidad.

Entre el 70 y el 80% de nuestro pueblo se considera subjetivamente  de “clase media”, por lo que habría que tener cuidados en  no condenarla, no estigmatizarla, ni referirse a ella en forma peyorativa.

Marx mencionaba que en el desarrollo del capitalismo la composición orgánica del capital aumenta por la disminución relativa y en algunos casos absoluta de los obreros industriales, y  se conforman permanentemente nuevos sectores medios, que se sitúan entre los proletarios por un lado y los capitalistas y terratenientes por el otro. Crece la necesidad de técnicos y supervisores especializados, obreros calificados, empleados del comercio y la industria, burocracia estatal, los que tienen una gran variedad de formas de relación con el proceso productivo y un lugar cambiante en la sociedad. Existe una tendencia a la asalarización de estos sectores, y un permanente surgimiento de nuevos sectores medios. (Cardoso, C y Pérez Brignoli, H, 1976)

Alrededor de siglo y medio después de estas afirmaciones, diversas investigaciones y gobiernos aseguran que en los últimos lustros en varios países de América Latina, hubo una ampliación de las “clases medias”.

En realidad, hubo una elevación del poder adquisitivo de sectores antes sumergidos, que se incorporaron a la ciudadanía, al mercado de trabajo, a la educación, la salud y la previsión social, y en consecuencia también  elevaron su participación en el consumo.

Aun cuando el sentido común y el uso hayan generalizado la idea de “clase media, científicamente es  mejor referirnos a este sector como “capas medias”, y no como a una clase.

Gramsci incluía especialmente en las capas medias a todos los trabajadores de la  cultura –periodistas, artistas, maestros y educadores, investigadores, etc.-, sectores con incidencia en la formación de la opinión pública y en los cambios del humor social. Y decía que en la identidad de las capas medias pesan más sus elementos subjetivos, psicológicos e ideológicos, que los objetivos o materiales. Sus posicionamientos varían de acuerdo con sus aspiraciones individuales y sus relaciones con otros sectores populares.

Más importante y necesario que las clasificaciones parece ser conocer las subjetividades docentes, sus posicionamientos. Es poco lo que se conoce sobre “…las actitudes, valoraciones, nivel de formación, expectativas, creencias y otros aspectos…” de la subjetividad docente. (Tenti Fanfani, E., y Grimson, A., 2014: 69)

 

Uno de las vías para el estudio de la subjetividad es el análisis del tipo de necesidades de los docentes desarrolladas en la última década y el tipo de consumos vinculado a la ampliación de sus necesidades.

 

Es bueno recordar el fuerte reclamo por mayor consumo en los últimos años de los países llamados socialistas, ante la existencia de un poder adquisitivo que no encontraba satisfacción, porque en el “socialismo real” el consumo se valoraba y estimulaba menos que la producción.

 

Los sectores medios se desesperan por sostener un cierto “nivel de vida” (Semán, P.,  2016) ¿Eso está mal?  Para González Fraga (Télam, 27 /05/16) sí está mal, porque “le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior" y hay que bajar ese nivel de expectativas.

 

¿Cuáles son las necesidades que se han desarrollado en los docentes en los últimos doce años? ¿Cuáles están vinculadas al consumo, cuáles al trabajo, cuáles a las relaciones sociales con colegas y miembros del contexto institucional, cuáles a los afectos y a la cultura?

Hay necesidades que requieren obligatoriamente dinero para ser saciadas, hay distorsiones de necesidades estimuladas por el mercado, y hay necesidades que no se resuelven con dinero, como las afectivas.

Para llenar las necesidades seguimos valores rectores que inciden en la elección de satisfactores.

Entre las necesidades humanas interesan estudiar especialmente los consumos y la participación en las producciones culturales: el cuidado y el goce del cuerpo y la naturaleza, los contactos con la radio y la televisión, los museos y espectáculos,  la prensa y los libros, los  medios informáticos de comunicación.

Un analizador importante de los consumos culturales es el uso del tiempo libre- así sea el  tiempo que le dedicamos a la TV y a la radio-, y en esos casos la selección de programas que hacemos.

 

Otro rubro de necesidades humanas tiene que ver con la comunicación interpersonal: para los docentes es fundamental la comunicación con los niños, adolescentes, jóvenes, adultos,  con los  educandos en general. En todas las situaciones de paro la falta de contacto con los alumnos atormenta la emocionalidad del docente. Los docentes establecen además comunicación entre ellos, con los padres, con la comunidad. En estos contextos sería interesante estudiar relaciones de maternalismo o paternalismo, solidaridad, individualismo, competitividad, igualdad.

En particular, un debate muy álgido sobre la igualdad se dio en los últimos años en torno del problema de la inclusión educativa y su relación con la educación de calidad.

En una observación aguda que busca comprender y no contraponer blancos y negros, Tenti Fanfani sostiene que muchos docentes que mantienen el ideal de dar igualdad de oportunidades y posibilidades a niños que tienen puntos de partida desiguales para que alcancen iguales puntos de llegada, no quieren rebajar el nivel de la enseñanza y desde ahí se oponen a las políticas inclusivas. (Tenti Fanfani, 2007)

En muchos casos la oposición docente se debió a que la inclusión democratizaba la cobertura pero empeoraba las condiciones de trabajo.

En el estudio de estos problemas es imposible avanzar sin unir el pensamiento pedagógico con un mayor interés y una mayor participación políticas colectivas, que incluye las reivindicaciones de clase y las trasciende.

Citas

 

Cardoso, Ciro y Héctor Pérez Brignoli, 1976: El concepto de clases sociales: Bases para una discusión Universidad de Costa Rica, Revista de Ciencias Sociales, Nº 12 (IV) pp 8-66 http://revistacienciassociales.ucr.ac.cr/wp-content/revistas/12/cardoso.pdf

 

Donaire, R. 2009. La clase social de los docentes. Condiciones de vida y de trabajo en Argentina desde la colonia hasta nuestros días. Buenos Aires. IIPMV. CTERA.

 

Tenti Fanfani, E., y Grimson, A., 2014: Mitomanías de la educación argentina. Buenos Aires, Siglo XXI editores.

Tenti Fanfani, E., 2007. Consideraciones sociológicas sobre profesionalización docente. Journal Edución y Sociedad. Campinas, vol. 28, n. 99, p. 335-353, maio/ago. 2007.

 

Semán, P., Vanoli, H.,., Trímboli, J., 2016. Qué quiere la clase media. Buenos Aires, Le monde diplomatique y Capital intelectual.


Palabras clave


Trabajadores asalariados; capas medias; subjetividad; consumos culturales