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En este escrito intento pensar en torno al cuerpo como espacio de la producción poética, como territorio de habitabilidades y a  la actuación como modos de habitar ese territorio. Presento una concepción extendida de cuerpo, más allá de la pura fisicidad y planteo la necesidad de un artista escénico a la escucha del acontecimiento performático, poniendo en tensión las diversas fuerzas que se hacen presentes en el espacio  y lo transforman/deforman. Me pregunto en torno a cómo opera el artista para la construcción de un cuerpo-voz mutable y en devenir, un cuerpo que persigue un espacio de indeterminación para asomarse a una multiplicidad posible. Propongo un modelo de construcciones transitorias de la presencia en performance, en que el cuerpo se deshace para volver a construirse transitoriamente y en el que el trabajo sobre el estar se hace indispensable. Reflexiono en base a la propia experiencia artística en mis experimentaciones como artista escénico y director de la compañía La comisura, en el rol de artista-investigador y a través de la observación de propuestas  en torno al cuerpo y la presencia, desarrolladas por el artista y maestro cordobés Oscar Rojo [1960 – 2012] quien deja un importante legado en jóvenes artistas cordobeses y sus formas de pensar las prácticas escénicas.

presencia; cuerpo-voz; performance