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Comienzo estas reflexiones recordando los pensamientos del maestro uruguayo  Joaquín Torres García en su manifiesto de la Escuela del Sur. El artista, con un gran sentimiento estético y latinoamericano nos propone “(…) no cambiar lo propio con lo ajeno sino, por el contrario, haciendo de lo ajeno substancia propia”; reclamaba construir “con la forma y con el tono”, para obtener el estilo de “un arte esquemático y simbólico”, que “corresponda al espíritu de síntesis de hoy”. Entre muchas cosas, Torres García pensó en un arte propio de América Latina. En las reflexiones de Joaquín Torres García confluyen distintas raíces culturales con un mismo fin: pensar al arte en América. Leerlo a Joaquín  y observar su obra me lleva a pensar: ¿Por qué es necesario pensar al arte desde américa? ¿Cuál es la necesidad de hablar de una estética estrictamente latinoamericana? ¿Qué significa ello? No, pensar al arte desde américa o hablar de una estética latinoamericana no es únicamente un problema nominal. Más que nominal es un problema ontológico, hablar del arte desde y por América implica poder hablar de la esencia del arte americano, si es que esta, realmente existe. Ello es lo que nos cuestionamos.