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Durante 2014 y 2015 dictamos talleres de videodanza y de cine comunitario con comunidades indígenas. Nuestro encuentro fue en el terreno, en Chaco, en el espacio creado entre la videodanza y el cine indígena. A partir de allí comenzamos a buscar una reflexión abierta y multidisciplinaria que nos permitiera narrar nuestras vivencias desde la escritura y el audiovisual. Esta ponencia no busca hacer un recorrido extensivo sobre nuestras experiencias con las comunidades indígenas chaqueñas, sino que intentamos abordar los espacios de confluencia que descubrimos desde nuestras perspectivas disciplinares singulares: la videodanza y el trabajo de los cuerpos, por un lado, y la antropología y el cine comunitario indígena, por otro. La videodanza es un género emergente que se expande desde la danza hacia diferentes campos artísticos y educativos, e implica cada vez más a videoartistas, educadoras/es, performers, músicos/as y, recientemente en Argentina, a grupos indígenas. Paralelamente en Latinoamérica, desde fines de los años 80, grupos indígenas y colectivos de diversos países incursionaron en el cine y el video y utilizaron la cámara como medio para representar de forma singular sus cosmologías, lo que, algunos casos, funcionó como una herramienta de empoderamiento (aunque esto pueda ser discutido)1. Nos proponemos aquí reflexionar sobre la construcción de relatos audiovisuales colectivos a partir de las experiencias que compartimos en la ciudad de Resistencia y en la comunidad qom Paraje Maipú, analizando el uso de la cámara y los lenguajes que se generan en estos encuentros, en los que emergen relatos propios, se hace visible la identidad cultural de cada comunidad y se expande la diversidad estética.

danza; audiovisual; indígenas chaqueños