Tamaño de fuente: 

En el año de la celebración por el quinto centenario de la muerte de Hyeronimus Bosch, nos proponemos una nueva aproximación al estudio de su obra más famosa y controversial utilizando para ello herramientas del análisis del discurso visual y la semiótica y apelando a algunas nociones teóricas desarrolladas en el marco de nuestra investigación de doctorado sobre el humor y lo cómico. Nuestra hipótesis principal es que no puede comprenderse adecuadamente el tríptico del Bosco (ni muchas otras obras de la llamada escuela flamenca) sin apelar a una correcta comprensión del fenómeno de lo irrisorio, que abarca en su amplio abanico tanto el humor como lo cómico, la risa triste, el sarcasmo, la injuria, la locura o la melancolía. En efecto, algunas de los rasgos característicos de los antiguos maestros, de Bosch al viejo Bruegel, se corresponden con un tipo de humorismo en gestación en la época cuyos rasgos principales acompañan a la gestación de una subjetividad predominantemente moderna; aquella capaz de reírse de todo aquello que le pone límites a su propia condición subjetiva: la muerte, la violencia, la locura, lo absurdo de lo real. Según nuestro punto de vista, en el tratamiento que da El Bosco a algunos temas morales frecuentes en la imaginación pictórica de la época podemos descubrir esa clase de humor lindante con la locura, la violencia o la melancolía propio de un configuración cultural que tiene sus orígenes en el renacimiento pero cuyas influencias pueden rastrearse hasta hoy en día, por ejemplo, en la pathosformel humorística de la multitud.

Hyeronimus Bosch; El jardín de las delicias; humor; lo irrisorio