Última modificación: 2017-11-13
Resumen
La violencia en la ciudad chilena aparece como un elemento imposible de eludir tanto en Loco Afán. Crónicas de sidario (1996) de Lemebel como en Nocturno de Chile (2000) de Bolaño; más allá de que cada texto la representa de un modo particular e incluso que sus respectivos personajes presentan diferencias caracterológicas, ambos entablan una relación directa con la dictadura de Pinochet y el surgimiento de los cuerpos “subvertidos”.
De esta manera, el eje principal de trabajo constará de circunscribir las formas puntuales en las que la violencia se presenta por medio del silencio. En ese sentido, en Lemebel el cuerpo que toma la dictadura como chivo expiatorio es el homosexual, el travestido, el sidoso y su consecuente silenciamiento mediante el contagio y por consiguiente, la muerte ya que el SIDA aparece como un elemento de la precarización de la vida (Butler, 2010:40). En Bolaño, el silencio de Sebastián Urrutia Lacroix o H. Ibacache se da en tanto que no puede cambiar la realidad que lo acontece; la única opción que toma es recluirse y negar la pobreza y el surgimiento de la ideología marxista en el gobierno chileno. Además de la represión y tortura del cuerpo marxista como formas de silencio o negación del mismo mediante el aparato estatal, está también el silencio del personaje principal que se vuelve un cómplice de la represión sistemática.
Así mismo, también evaluaré como la escritura/literatura pone en evidencia el silencio versus la voz en cada texto y su implicancia, ya que en Lemebel corresponde a una necesidad de inclusión de la cultura coliza a la literatura chilena (Parys, 2007:114-115) y de resistencia, mientras que en Bolaño, la literatura/literatos se muestran como cómplices del horror.