Última modificación: 2017-11-13
Resumen
¿Qué sucede cuándo el sujeto a institucionalizar se escapa de la norma y pone en evidencia la imposibilidad de captura, de suspensión y normalización de las singularidades? ¿Qué pasa cuando el deseo, entendido como una potencia vital de los cuerpos, excede a la institución y sus dispositivos? ¿Cómo se vive la sexualidad cuando lo anómalo es el cuerpo y no un tipo de psiquis a corregir? ¿Qué interrogantes acerca del cuerpo habilita la lectura? Estas son preguntas sobre las que intento reflexionar en la lectura de La fauna Divina de Bernarda Pagés, donde un conjunto de personajes anormales atravesados por la búsqueda de una sexualidad que desborda los moldes de la institución clínica configuran un catálogo deseante donde pueden leerse las políticas sobre la sexualidad y la normalidad que el saber médico-psiquiátrico produce, dispuestas para la configuración de subjetividades normadas que se inscriben o intentan inscribirse en los cuerpos.
Entendiendo a la literatura como una forma de escritura de los cuerpos y las subjetividades, intento leer cuál es la potencia que escapa al dispositivo normalizador de la institución cuando lo que esta fuera de la norma no es algún tipo razón dislocada sino el cuerpo mismo y cuáles son las políticas normalizadoras que ponen en evidencia los cuerpos anómalos al suspender o inhabilitar la norma.