Última modificación: 2017-11-13
Resumen
La comunidad LGTTBI luchó por una inclusión de derechos que lxs haga iguales, en el sentido de ser sujetxs de derechos, pero que lxs reconozca y respete en sus diferencias. En este trabajo abordaré la resistencia que vehiculizó la sanción de la Ley de Identidad de Género; poniendo de manifiesto las violencias ejercidas sobre nuestros cuerpos y las posibilidades de resistencia que en ellos mismos podemos inventar. Para ello, analizaré dos casos paradigmáticos:
En primer lugar, el caso de Elizabeth Mía Chorubczyck, artista conceptual, performática y feminista queer. El hilo conductor entre sus obras y su discurso fue su cuerpo físico para visibilizar el ejercicio de identidades fluidas alejadas de las ideas rígidas y binarias, para reivindicar la genuina igualdad de género. Y en segundo lugar, el caso de Lohana Berkins, activista trans, fundadora de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual, impulsora de la ley 3062 de respeto a la identidad adoptada por travestis y transexuales, y fundadora del Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género.
Cada uno de los casos da cuenta de un tipo de resistencia que colaboró en la lucha por la Ley de Identidad de Género, primera ley en reconocer la identidad de género de las personas en términos de autopercepción y garantizar el pleno acceso a la salud. Así pues, desde la invisibilidad y negación de la comunidad LGTTBI en tanto sujetxs de derechos, fue posible un tipo de resistencia que, desde los márgenes y en tanto desobediencia civil, fue ubicándose en el centro, generando inclusión y reconocimiento.