Siguiendo los planteamientos del filósofo italiano Giorgio Agamben sobre las paradojas de la política moderna, el propósito del presente texto es abordar en las novelas 2666, específicamente el capítulo “La parte de los crímenes” de Roberto Bolaño, y Los ejércitos de Evelio Rosero, la manera en que la ciudad de Santa Teresa y el pueblo de San José se configuran en estados de excepción y, posteriormente, en campos de concentración. Es decir, se intenta mostrar como ambas novelas coinciden en recrear dos territorios en los cuales el ordenamiento jurídico de las naciones es sustituido por el orden que establecen los ejércitos, los delincuentes, el narcotráfico, la industria, etc. Esas nuevas fuerzas que se apropian de Santa Teresa y de San José y que fundamenta su gobernabilidad en ese poder de dar vida o muerte a la población. En estas circunstancias, los habitantes quedan reducidos a su nuda vida y sus muertes impunes terminan por actualizar la antigua figura del derecho romano, el Homo Sacer, ese hombre a quien se le puede causar la muerte de manera impune al no encontrarse amparado ni por las leyes divinas, ni por las leyes humanas. Pero, las novelas no solo logran recrear ese cuerpo-objeto donde opera ley, ambas narraciones también presentan esos otros cuerpos como son el cuerpo-fuerza de trabajo, el cuerpo- objeto de belleza y cuidado, el cuerpo-objeto de la juventud y de la vejez, el cuerpo deseante o el cuerpo-objeto de deseo, los cuales también hacen parte de las sociedades modernas y contemporáneas.