A lo largo de la historia de la Literatura argentina se han llevado a cabo diversas investigaciones sobre la evidente relación entre los textos de Julio Cortázar y el universo onírico. De hecho, existen a día de hoy, múltiples documentos que abarcan el tema aludiendo, principalmente, a que se trata de un tópico muy recurrente en sus relatos. La intencionalidad de este texto es comunicar cómo, más allá de lo planteado hasta la actualidad, existe un campo abierto dedicado a la relación interdisciplinar entre la literatura cortazariana y el arte cinematográfico que intenta demostrar cómo, tomando como base el lenguaje literario, diferentes cineastas han sido capaces de adaptarlo de una manera elocuente a la gran pantalla. Nos interesa comentar la relevancia de cómo algunos de los cuentos de Cortázar, los cuales juegan a caballo entre las pasiones y los sueños del cuerpo, se adentran en un mundo visual que respeta completamente la esencia del texto. Nos referimos a relatos tan conocidos universalmente por los lectores como «Casa Tomada», «Las babas del diablo», «Axolotl» o «La noche boca arriba»; que han sido transpuestos respetando la intención de ilustrar la relación entre la dimensión pulsional y lo onírico mientras que otros menos conocidos como «La salud de los enfermos», «Segunda vez», «Apocalipsis de Solentiname» y «Graffiti»; se han centrado en el tema de los cuerpos excluidos. Un breve análisis comparativo entre el texto y la imagen partiendo de los textos originales, la correspondencia vital del escritor y la crítica, en el que se muestre dicha relación interdisciplinar; apoyan esta documento que viene acompañado de imágenes y vídeos ilustrativos para tornar más atractivo este planteamiento.