Última modificación: 2020-06-19
Resumen
A través de imágenes-palabras-sonoridades, compartiremos nuestras reflexiones sobre la performance-investigación a la que alude el título. Inicialmente, Lo OjovulvA surgió de investigaciones estético-antropológicas del Equipo de Antropología del Cuerpo y la Performance de la UBA, que intentaban visibilizar y generar provisorias “línea de fuga” frente a los disciplinamientos y las violencias que se ejercen sobre nuestras corporalidades y en especial sobre nuestras sexualidades. A partir del motivo mítico transcultural de la “vagina dentada” (que Silvia Citro había etnografiado entre los pueblos originarios tobas del Chaco argentino), emergió un reversionamiento utópico de ese híbrido monstruoso: “Lo OjovulvA”. Este fue el resultante del ensamblamiento entre: un objeto matérico (creado por Adil Podhajcer), poéticas sonoras (compuestas por Tamia Rivero), un cuerpo gestual-textual mutante (encarnado por Silvia Citro y redireccionado luego en montaje escénico por Luz Roa), un ojo-cámara fotográfico (disparado por Salvador Batalla) y un discurso-concepto: “la máquina de guerra cínica” (propuesto por Cynthia Pinski en su tesis, a partir de trabajos de Artaud, Foucault, Deleuze y Guattari). En una segunda etapa, abrimos esta obra a la reflexión dialógica con otrxs autorxs de la Red de Investigación de y desde los cuerpos, en especial con Hilderman Cardona (UDEM, Colombia). Así, co-construimos una interpretación crítica que retoma las nociones de “imagen-síntoma” (Didi-Huberman), “escencialismo estratégico-operacional” (Spivak-Butler) y “artefacto protésico” (Haraway). Lo OjovulvA reemergió entonces como la encarnación estratégica de un deseo-síntoma colectivo: un intento de horadar los patrones ontológicos–epistémicos-políticos de la modernidad-colonialidad-heteronormatividad que hasta hoy atraviesan nuestras corporalidades (humano/no-humano, civilización/barbarie, hombre/mujer, razón/ sexualidad, teoría/práctica, ciencia/arte), para construir otros modos posibles, parciales y situados, de ver/conocer/habitar el mundo. Pero como esa tarea exige una interpelación crítica constante y móvil, fuimos impulsadxs a parir un nuevo reversionamiento utópico de aquel híbrido interespecie e intercultural, que ahora también devino intersexual; y al cual denominamos interrogativamente: “¿Lo OjovulvAGlandE...?”